viernes, 12 de agosto de 2022

La Guerra y la Paz

 

El por qué de la guerra S. Freud

En esta ficha de lectura vemos un fragmento de una carta de Albert Einstein a Sigmund Freud, que, junto con la respuesta de éste, editó en 1933 el Instituto de Cooperación Intelectual con el título de ¿Por qué la guerra? El Instituto auspiciaba entonces junto a la Liga de las Naciones la publicación de una serie internacional de cartas abiertas en las que intelectuales destacados intercambiaban ideas sobre cuestiones de interés general, la más importante de las cuales era la amenaza de guerra.

Carta de Albert Einstein a Sigmund Freud:

Caputh nach Potsdam, 30 de julio de 1932

Querido profesor Freud: ...

¿Existe algún medio que permita al hombre librarse de la amenaza de la guerra?

En general se reconoce hoy que, con los adelantos de la ciencia, el problema se ha convertido en una cuestión muy grave para la humanidad civilizada; y, sin embargo, los ardientes esfuerzos desplegados con miras a resolverlo han fracasado hasta ahora de manera lamentable (…)

La propuesta de la liga de las naciones (…) me brinda una muy grata oportunidad de debatir con usted una cuestión que, tal como están ahora las cosas, parece el más imperioso de todos los problemas que la civilización debe enfrentar. El problema es este: ¿Hay algún camino para evitar a la humanidad los estragos de la guerra? (…) Se que en sus escritos podemos hallar respuesta.

Reciba mis más cordiales saludos.

Albert Einstein

¿Existe un medio de librar a los seres humanos de la amenaza de la guerra? ¿Es posible canalizar la agresividad del ser humano y prepararlo mejor psíquicamente contra sus instintos de odio y de destrucción? Estas son las preguntas que el 30 de julio de 1932 Albert Einstein plantea,  en una carta a Sigmund Freud, en una época en la que la violencia fascista y nazi se extendía por Europa. En septiembre de ese año, el padre del psicoanálisis, al que Einstein llama el "gran conocedor de los instintos humanos", responde al físico, analizando las bases psíquicas del comportamiento y precisando las vías que podrían conducir al cese de los conflictos que dividen a los seres humanos.

Carta de Sigmund Freud a Albert Einstein:

Viena, septiembre de 1932

Estimado profesor Einstein:

          (…) Usted se asombra de que resulte tan fácil entusiasmar a los hombres con la guerra y, conjetura, algo debe moverlos, una pulsión a odiar y aniquilar.(…).Creemos en la existencia de una pulsión de esa índole y justamente en los últimos años nos hemos empeñado en estudiar sus exteriorizaciones (…).Suponemos las pulsiones del ser humano son solo de dos clases: aquellas que quieren conservar y reunir-las llamadas eróticas(…)-,y otras que quieren destruir y matar; a estas las reunimos bajo el titulo de pulsión de agresión o destrucción (…).Cada una de estas pulsiones es tan indispensable como la otra; de las acciones conjugadas y contrarias de ambas surgen los fenómenos de la vida (…),la pulsión de muerte deviene pulsión de destrucción cuando es dirigida hacia fuera, hacia los objetos (…) el ser vivo preserva su propia vida destruyendo la ajena, por así decir (…).De lo anterior extraemos esta conclusión para nuestros fines inmediatos: no ofrece perspectiva ninguna pretender el desarraigo de las inclinaciones agresivas de los hombres (…). Acaso no sea una esperanza utópica que el influjo de estos dos factores, el de la actitud cultural y el de la justificada angustia ante los efectos de una guerra futura, haya de poner fin a las guerras en una época no lejana. Por qué caminos o rodeos, eso no podemos colegirlo. Entretanto tenemos derecho a decirnos; todo lo que promueva el desarrollo de la cultura trabaja también contra la guerra.

Saludo a usted cordialmente, y le pido me disculpe si mi exposición lo ha desilusionado.

                                                                              SIGMUND FREUD

 

Fuente Bibliográfica:

-Carretero, Mario y otros. Psicología. Aique Polimodal. Bs. As. 2011. Pág. 117.

Aclaraciones:

Liga de las Naciones: fue un organismo internacional creado en 1919 que se proponía establecer las bases para la paz luego de finalizada la primera guerra mundial. Fue el antecedente de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Pulsión: La pulsión es un impulso, es una fuerza constante interior al propio organismo. Este concepto desarrollado por Freud reemplaza al concepto de instinto.

Freud distingue dos tipos de pulsión, las pulsiones de vida (pulsiones de autoconservación y pulsiones sexuales) y las pulsiones de muerte (agresión). Estas pulsiones están mezcladas, fusionadas y las pulsiones de vida limitan a las pulsiones agresivas, pero Freud dice que si la pulsión agresiva se expresa libremente se vuelve agresión hacia el exterior o hacia la misma persona. Por esto propone que el desarrollo de la cultura permite regular estas pulsiones, permite que se expresen por canales adecuados. Un ejemplo puede ser el desarrollo de actividades artísticas.

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