Debido a los confinamientos nacionales y a las restricciones de movimiento relacionadas con la pandemia, niños y niñas han perdido un tiempo valioso de sus vidas lejos de la familia, los amigos, las aulas y los lugares de recreo, que son muy importantes durante la infancia”, dijo Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF. “Las consecuencias del Covid-19 tienen un gran alcance, pero son sólo la punta del iceberg. Incluso antes de la pandemia ya había demasiados niños abrumados por el peso de una serie de problemas de salud mental a los que no se les había prestado atención. Los gobiernos están invirtiendo muy poco para atender estas necesidades esenciales. No se está dando suficiente importancia a la relación entre la salud mental y las consecuencias que se producen más adelante en la vida”.
La salud mental de los niños, niñas y adolescentes durante la pandemia COVID-19
De hecho, la pandemia se ha cobrado un alto precio. Según los primeros resultados de una encuesta internacional realizada por UNICEF entre niños y adultos de 21 países – un promedio de 1 de cada 5 jóvenes de entre 15 y 24 años encuestados dijo que a menudo se siente deprimido o tiene poco interés en realizar algún tipo de actividad.
Según los últimos datos disponibles de UNICEF, al menos 1 de cada 7 niños se ha visto directamente afectado por los confinamientos en todo el mundo, mientras que más de 1.600 millones de niños han sufrido alguna pérdida en su educación. La alteración de las rutinas, la educación y el ocio, así como la preocupación de las familias por los ingresos y la salud, hacen que muchos jóvenes sientan miedo, rabia y preocupación por su futuro. Por ejemplo, de acuerdo con los datos de la cuarta ronda de la Encuesta rápida COVID-19 realizada por UNICEF Argentina en mayo de este año, el 33% de las y los adolescentes manifestó sentirse angustiado y el 25% dijo estar asustado frente a la incertidumbre que genera el contexto del COVID. De igual modo, una encuesta en línea realizada en China a principios de 2020, indicaba que alrededor de una tercera parte de los encuestados afirmaba sentirse asustado.
Por otro lado, la reciente investigación realizada por UNICEF sobre el efecto en la salud mental de Niños, Niñas, Adolescentes COVID-19 en la Argentina concluye que las y los adolescentes se vieron mayormente afectados emocionalmente, especialmente ligado a la pérdida de proyectos, la disminución de sus posibilidades de participación y la construcción de vínculos sociales.
Por último, una encuesta realizada en Argentina en relación al impacto de la pandemia entre las y los adolescentes arrojó que el 72% sintió la necesidad de pedir algún tipo de apoyo en relación a su bienestar emocional.
Aunque los factores de protección, como la presencia de cuidadores afectuosos, los entornos escolares seguros y las relaciones positivas con las y los compañeros y los espacios de participación de niños, niñas y adolescentes pueden reducir el riesgo de padecer problemas en salud mental, el informe advierte que hay importantes obstáculos, como la estigmatización y la falta de financiación de servicios adecuados, que impiden a demasiados niños y niñas gozar de una salud mental positiva o acceder al apoyo que necesitan.